Capítulo 41 – Bajo Tierra.
POV Santiago
El grito de Martina seguía martillándome la cabeza, como un eco que se negaba a morir. Desde aquella noche, la casa dejó de sentirse como un hogar. Era una tumba con paredes doradas. Martina apenas hablaba, comía poco, y pasaba horas mirando la cuna vacía, acariciando una mantita rosa que aún conservaba el olor de Gabriela. A veces la escuchaba murmurar su nombre entre sollozos. Otras, simplemente se quedaba en silencio, como si esperara que el tiempo retrocediera.
Yo no sabía cómo consolarla. Porque, en el fondo, también me sentía culpable. Habían secuestrado a nuestra hija bajo mi techo. Y yo, con todos mis recursos, no había podido protegerla.
Reforcé la seguridad de la mansión. Duplicamos el número de guardias, instalamos sensores, drones, cámaras nuevas. Pero nada servía si no podía devolverle a Martina aquello que le habían arrancado: la paz, la esperanza… nuestra hija.
Esa mañana, mientras Graciela acunaba a Gabriel en la sala, recorrí el pasillo con una mezcla de