Capítulo 17.
POV MARTINA.
—¿Estás bien? —preguntó, tomándome la cara entre las manos.
—Sí —respondí, forzando una sonrisa—. Solo necesitaba un momento a solas.
Él me observó un segundo más, como si dudara de mis palabras, pero luego su gesto se suavizó.
—Ven conmigo. Tengo algo para ti —susurró con esa voz grave que siempre lograba desarmarme.
La fiesta se había realizado en uno de los hoteles más lujosos de la ciudad. Tomamos un ascensor privado, y aunque no dijimos nada, nuestras manos no se soltaron en ningún momento. El silencio estaba cargado de electricidad. Cada respiración, cada roce, era una invitación que ninguno se atrevía a verbalizar.
Cuando las puertas se abrieron, él me pidió que cerrara los ojos.
—Confía en mí. —Su voz era un roce contra mi oído.
—Más de lo que debería —susurré.
Avanzamos unos pasos y sentí cómo el aire cambiaba. Olía a flores frescas, a perfume caro, a algo que reconocí. Cuando retiró el pañuelo que cubría mis ojos, me quedé sin aliento. La habitación estaba ilumi