Lúa cuelga, pero yo me quedo un momento sosteniendo el teléfono entre mis manos, como si aún pudiera sentir la emoción en su voz vibrando a través del aparato. Es imposible no sonreír pensando en ella, en el remolino de energía que parece haberse desatado dentro de su cabeza en cuanto le di la noticia.
Me recuesto contra las almohadas, sintiéndome un poco más ligera a pesar del peso del resfriado que sigue oprimiéndome. No tenía idea de que una llamada a primera hora podría transformarse en algo tan significativo, pero así es Lúa: impredecible, apasionada y determinada. Estoy realmente feliz de que mi amiga al fin vaya a trabajar con su equipo. Lúa puede parecer alocada y dar la sensación de no ser una chica responsable, pero sí lo es. Sobre todo para el trabajo; a ella le encanta. Yo creo que estudié esta carrera porque ella hablaba tan