Lúa termina mirándome muy seria. Sé que, aunque a veces parezca alocada, en realidad es una chica sensata y responsable. Además, al estar fuera de mi situación, puede percibir cosas a las que yo muchas veces soy ciega. Sobre todo, sé que haga lo que haga, siempre busca lo mejor para mí. Nos queremos como hermanas. No tenemos secretos entre nosotras, nos conocemos demasiado bien y confiamos ciegamente la una en la otra.
—Lo sé, Lúa, lo sé. Confío ciegamente en ti, lo sabes —le contesto con la misma seriedad, porque es verdad y me lo ha demostrado durante todos los años que hemos estado juntas—. Sí, tienes razón, no quiero hacerles daño. No aceptaré su propuesta. Es cierto que me gusta Brayan; todo de él me ha gustado siempre: su cuerpo, sus ojos, la manera en que sonríe, cómo trata a Edna y cómo la ama. Me encanta el brillo