Me quedé en la finca que habíamos comprado Martín y yo, haciendo mi vida tranquila en lo que Martín vivía de misión en misión. Lidia no podía visitar a Martín por no estar embarazada. Pero tampoco se mantuvo mucho tiempo con Elliot, desapareció. Dejándolo en completa agonía.
Después de tener a Clío, me vi obligada a regresar a mi trabajo de agente. No puedo negar que extrañaba a Elliot. Por ello, en la primera oportunidad que tuve y de saber que Lidia estaba con Martín en mi casa en California, fui a ver a Elliot. Lidia casi lo había destruido, bebía cada día y apenas atendía sus negocios. Era hijo único y presidía un gran conglomerado. Su padre había tenido que asumir de nuevo el puesto de presidente, estaba sumido en la desesperación, pues ella le había dicho que había perdido el beb&e