Martín, Enrico, Susan y yo ya hemos empezado a investigar con todos nuestros contactos, encontrando mucha información que nos lleva a quién está detrás de las recompensas y las peticiones de secuestro. Estamos haciendo contraofertas aún más altas por las chicas, y muy pronto las ofertas empezarán a tener respuesta. Llevamos tres días encerrados en el centro de operaciones del sótano. Hemos conseguido localizar vía satélite a la mayoría de los que respondieron a nuestra oferta, pero no es lo que esperábamos.
—Martín —lo llama Enrico—, no creo que sea él.—Enrico, sólo han pasado tres días. No eres tonto —dijo mi suegro sin mirarlo—. Deben haberse dado cuenta de que somos nosotros los que estamos ofreciendo más dinero por las chicas. Por eso se me ocurrió otra idea.Mi suegro se levantó de