229. GOLPE FALLIDO
Gloria era otro de los objetivos principales; su elegancia, su porte, esa manera de llamar la atención sin siquiera intentarlo la convertían en perfecta para lo que necesitaba junto a sus gemelas. Pero su esposo, su participación trae un grado inesperado de dificultad que no puedo ignorar.
—Fui yo, jefe —responde el más joven, con voz dubitativa—. Le dije que habían raptado a las niñas, que debía pagar mucho dinero si las quería de vuelta y exigí que lo trajera su esposa sola.
David del Castillo no es un hombre común. Según decía Lyssa, era considerado casi un genio. Sin embargo, no es fácil desestabilizarme. He manejado situaciones mucho más retorcidas y siempre he salido victoriosa.
—Muy bien —digo finalmente, trazando un nuevo plan en mi mente—. Usaremos eso a nuestro favor. Manténganlo vigilado y reporten cada movimiento. Gloria y las niñas no pueden quedar fuera de este negocio, ¿entendieron?
—Ya mandé a dos hombres a raptar a las niñas —me dijo el hombre de inmediato, co