Capítulo 64.
POV- Valeria.
Mis tacones resonaban sobre el mármol del pasillo mientras trataba de calmar el torbellino que llevaba dentro. No podía seguir viéndolos… a Armando con Carla colgada de su brazo como si fuera su trofeo, mirándome con esa rabia que solo escondía lo que ambos sabíamos: me deseaba tanto como yo a él.
Necesitaba un respiro, aunque fuera un minuto. El murmullo de la música y las risas quedaban atrás mientras empujaba la puerta de los baños. El silencio, el aroma a madera y perfume caro me envolvieron, dándome la falsa ilusión de paz.
Pero apenas crucé el espejo, la puerta se abrió de golpe.
Armando.
Su figura llenó el marco como un huracán. Cerró la puerta con violencia, el eco retumbó en las paredes y yo me quedé helada. Su mirada era oscura, feroz, cargada de rabia y deseo reprimido.
—¿Así me pagas? —espetó, su voz grave y contenida—. Bailando con él, riéndote con él, dejándote tocar como si yo no existiera.
Mi respiración se agitó. Mi orgullo me empujó a plantarle cara.
—¿