Capítulo 49.
POV Armando
Después que decidí que nos quedaríamos fue el día más largo de mi vida. Mis hombres estaban exhaustos, con los ojos hundidos y el ánimo por el suelo, pero me siguieron sin cuestionar. Teníamos aún un poco de comida seca y agua suficiente. Eso me daba algo de consuelo. Pensé que un día más no nos mataría… pero me equivoqué.
Durante las primeras horas tuve el aliento suficiente para avanzar, guiándonos por la intuición en ese laberinto verde implacable. Pero al caer la noche, al mirar las huellas en el barro, me di cuenta de que estábamos dando vueltas, retornando sutilmente al mismo claro húmedo entre los árboles gigantes. Esa certeza me heló más que la lluvia que no cesaba.
“Maldita sea… debí traer un guía local”, me reproché en voz baja, apretando la mandíbula. Pero no lo hice, confié en los mapas y en la experiencia de mis hombres. Los mapas quedaron en el saco de provisiones que dejamos atrás en el ataque de abejas. Eso me dejó sin ruta, sin idea de cómo regresar, sin e