Capítulo 117.
POV Adrián
La pista que Jonathan nos había dado nos llevó hasta las afueras de la ciudad, a un terreno abandonado lleno de maleza y polvo. A lo lejos, las bodegas parecían simples esqueletos oxidados, ruinas de un tiempo olvidado. Ni un ruido, ni un movimiento. Todo era demasiado silencioso.
—Esto huele raro —murmuró Jeremías, bajando los binoculares.
—Demasiado quieto —asentí, sintiendo cómo la piel de la nuca se me erizaba.
Jonathan, parado a mi lado, apretaba los puños. Su mirada no era de miedo, era de resolución. Desde que se unió a esta misión, supe que no lo hacía por redención únicamente… lo hacía por Valeria.
Nos acercamos poco a poco, agazapados. Entonces, entre los restos de láminas oxidadas y pilares quebrados, distinguí el reflejo metálico de un arma. Hombres vigilaban desde las sombras.
—No está abandonado —dijo Jeremías en voz baja—. Tenemos compañía.
El aire se volvió pesado, como la calma antes de una tormenta. Con una señal de mano, Jeremías desplegó al grupo. Cada u