capítulo: Todo este tiempo supe que era mentira.
—Te estoy mirando —susurra Leonardo con un tono de voz encantador que le llegó a Sofía al corazón. Esa mirada, ese acercamiento era algo extraño para ambos, esa necesidad de querer más que una mirada y una caricia. Sofía no lo podía soportar más y posó sus manos en el cuello de Di Napoli y lo atrae para chocar sus labios con los de él. Pero un grito inesperado esfumó el deseo y pasión que estaba surgiendo en ese momento.
—¡Cedric! ¡Sofía! —escuchan a Michelle gritar. Leonardo se exalta y se coloca de pie para correr hacia la habitación donde están sus hijos.
—¿Qué sucede? —Sofía corre detrás de Leonardo.
—¡Papa! ¡Papa, mi hermana está muy caliente y su frente está sudando! —exclamó el niño con preocupación.
Di Napoli se acerca a Chiara, y la niña está delirando entre dormida. Al tocarla, efectivamente está prendida en fiebre y bañada en sudor. ¿Cómo pasó esto de un momento a otro?
—¡Carajo! —él carga a su hija envuelta en la sábana—. La llevaré a la clínica —dijo preocupado.
—Espera,