—¡Señor!— exclamó Sofía, y él continúa caminando. —Espere, por favor… Quiero decirle algo, mírame— le pide, y él con arrogancia lo hace porque no le gustan las distracciones cuando de trabajo se trata.
—Niñera, no me agotes la paciencia y tampoco quiero que me hables de lo que sucedió en el sótano— dijo volteando a mirarla, y ella pasa saliva mirando detrás de él.
—¿Qué tanto miras?— iba a voltear a mirar, pero ella lo agarra del rostro. —¿Qué estás haciendo?— la mira con rareza.
—Es que… me dejaste con muchas ganas después de ese beso.
—No sabes lo que estás diciendo.
—Bésame otra vez, sí— ella se acerca a sus labios.
—No es el momento, ¿qué te pasa?— se le hace extraño su comportamiento.
Lucifero siente una extraña sensación en su pecho, por lo que mira a los lados nuevamente después de haber besado a Minerva, y se percata de la presencia de Leonardo y Sofía a una distancia. —¡Carajo! ¡Vete, Minerva, al parecer Sofía está distrayendo a Leo!— le ordena, y Minerva se da c