Capítulo 6: La ducha que compartimos sin tocarnos.
Día 16
Ela salió del despacho todavía temblando, la piel ardiendo donde él la había tocado, la entrepierna empapada y dolorida de deseo.
Se fue a la habitación donde todos los demás descansaban, se sentó en la cama y se queda viendo las estrellas de la noche por la ventana, aún no podía creer aquella tensión de lo que sucedió con su coronel adentro de su oficina.
Se sacudió los pensamientos, y se dió unas palmaditas en las mejillas, luego mira la hora del reloj, necesitaba refrescarse, entonces salió de nuevo de la habitación y se apuró. Corrió por los pasillos hasta las duchas comunes, del barracón femenino. Eran las 10:05PM. Nadie debería estar despierto todavía.
Abrió la puerta de golpe. Y se quedó helada. Él estaba allí. Klaus Adler Wolff, completamente desnudo salvo el pasamontañas negro que nunca se quitaba.
Bajo la única ducha encendida, el agua resbalando por un cuerpo que parecía tallado para la guerra: hombros anchos, pectorales marcados, abdomen como tableta de