Cuando mis amigas supieron lo de la cita y que yo no le había respondido a Pablo, de inmediato me dijeron que si estaba loca que el accidente me había afectado, que no lo hiciera esperar más, que le contestara, que era un buen hombre y que se veía el interés que tenia por mí, que si no le respondía en este preciso momento, ninguna de las tres me volverían a hablar en lo que resto de vida.
Tomé mi móvil y había un mensaje de Pablo “holaaaaa, otra vez yo molestándote, pero como no me has respondido, imagino que estás en tu almuerzo de sábado poniéndote al día con tus locas amigas, pero porfa hermosa, (con un sticker de manitas de suplicas) acuérdate de mi aunque sea un momento.
Con un suspiro las chicas se dieron cuenta que estaba leyendo un mensaje de Pablo, en un momento, las tres estaban detrás de mi leyendo el mensaje que me había enviado, insistiendo de que era el hombre perfecto para mí.
“Hola doc, claro me he acordado de ti todo el día, de hecho eres el postre en este almuerzo, claro que acepto tu invitación, yo encantada ;) me vas a decir donde me vas a llevar?”
-En este momento me acabas de hacer el hombre más feliz del universo, no, el lugar es sorpresa, pero estoy seguro que te va a gustar futura arquitecto, prometo que no te voy a raptar, besos Meli, nos vemos a las seis de la tarde en tu casa, recuerda lo de la ropa calientita.
No sé si las chicas estaban más felices que yo, pero Yanis me tomó de un brazo y Patri del otro.
–Ahora si señorita, vamos, necesitas consentirte un poquito, entramos a una estética en el mismo mall, le dijeron al estilista que yo necesitaba cabello y maquillaje, también uñas, que me dejara espectacular, les dije que no tengo dinero, tengo muchos días sin trabajar, apenas y tengo un poco ahorrado.
-Ya, cálmate, no aprendes Meli, es un regalo de mi parte, no me molestes con tus cosas, si te casas algún día con Pablo, por supuesto que me lo vas a pagar dijo Yanis riendo.
Hace tiempo que quería hacerme algo en mi cabello, pero no podía, ya que estaba adelantando cursos en la universidad, con el fin de graduarme un cuatrimestre antes, así que estaba ahorrando todo lo que podía, primero mi estudio, después todo lo demás, en cuenta el salón de belleza.
Las chicas eligieron el color del cabello, un maquillaje muy natural igual que la pintura de mis uñas, no soy de cosas muy locas y le temo un poco a los cambios drásticos, confiaba en ellas así que no opiné respecto a mi cambio de look, todo lo dejé en sus manos, salí del salón con un tono miel en mi cabello, hermoso, hace días que quería hacérmelo, pero es algo costoso, así que no podía, costearlo.
Salimos del mall, me sentía hermosa, abracé a mis amigas, les agradecí con lagrimas en mis ojos, y con Patri diciéndome que se me iba a correr el maquillaje, que no llorara, nos despedimos, crucé hacía mi casa que es el edificio al costado del mall.
Llegué a mi casa, busqué algo que ponerme para salir, ya eran las cinco de la tarde, entre los chismes con las chicas y el salón, se había pasado prácticamente todo el día.
Encontré en mi pequeño armario una blusa en lana en corte V, marca Chanel, (trataba de no desencajar),que me regaló Patri en una navidad, es de marca, así que estaba segura que con un pantalón de mezclilla en color negro y unas botas de caña alta en un tono café claro que combinara con la faja, me vería bien, aparte con mi maquillaje y mi nuevo color de cabello, solo faltaba un abrigo y listo, a mi parecer me veía bien, solo faltaba que Pablo me diera el visto bueno, por supuesto que el detalle final era la cadena que Pablo me había enviado en la mañana, que con el corte de la blusa, se podía apreciar completamente.
A las seis de la tarde en punto, sonó la puerta, tuve que parar un poco en medio de mi pequeña sala, porque iba corriendo para abrir la puerta con el corazón acelerado a mil, de la ansiedad por ver a aquel hombre espectacular y pensar si se iba a repetir lo de aquel beso de la noche anterior.
Abrí la puerta tratando de controlar mis impulsos y aquel hombre extremadamente guapo, el delirio de cualquier mujer en el mundo, vestido con unos jeans azules, tenis blancos, una camiseta blanca y una jacket negra, todo de marca, estaba ahí, siendo la perfección en persona, cortando mi respiración en absoluto.
-Hola doc, dije con el afán de no parecer estúpida.
-Hola Meli, te ves hermosa, eres la mujer más bella que mis ojos han podido ver, se acercó y me besó tiernamente la comisura de mi boca. Morí, sentí que mi respiración me estaba delatando, traté de controlar la emoción que sentía en ese momento.
- De verdad, te ves hermosa, ese color de cabello te va bien, ese collar se te ve espectacular, sabes, a ese collar le hace falta algo, ¿puedo?
Claro, dime que le hace falta, porque para mí es perfecto, es lo más hermoso que me han regalado, creo que mis comunicativas amigas te han contado sobre mi gusto por todo lo que tiene que ver con el sistema solar, pero sabes, no creo que sea buena idea que me des algo así, es muy costoso Pablo, no debes de gastar tu dinero en mi.
Él simplemente sonrió y contestó, vale la pena por ti, se te ve hermoso, pero como te dije, le hace falta solo un detalle, se acercó, movió mi cabello hacia atrás, se acercó a mis orejas y me dijo en un susurro, “unos pendientes que convienen con el collar, ah y me encantas”, hay por Dios, eso hizo que mi cuerpo reaccionara delatándome, porque mi piel se puso chinita con ese susurro.
Me tomó de mi rostro y me dio un suave beso al cual por supuesto que respondí, las cosas se iban poniendo un poco más intensas, al punto que la respiración de los dos era cada vez más fuerte, sentía sus manos como apretaban mi cuerpo hacia el suyo y aquel beso cada vez más fuerte, sentí algo en su entrepierna, por un momento me ruboricé, pero seguí besándolo, él paró de besarme y me dijo guiñándome un ojo que necesitaba un vaso de agua fría, que fuera por mis cosas para salir del apartamento, porque si no se quedaría ahí, yo solamente sonreí, por supuesto que no le iba a decir que por favor se quedara y que me siguiera besando todo cuanto quisiera, que yo con él, lo que fuera, fui a mi habitación por mi abrigo y mi bolso, al pasar por el espejo, pude ver los pendientes que Pablo me puso, eran unos diamantes en forma de estrella, hermosos, sentí que iba a llorar, este hombre se había tomado la molestia de buscar algo que realmente me gustaba, sabía mis gustos y se preocupaba por tener la seguridad de que me habían gustado, algo que Luis en la vida había hecho, al lado de mi espejo, estaban las rosas, me sentía tan feliz, solo Dios sabe lo que estaba sintiendo en ese momento.
Cuando salí del cuarto, Pablo estaba en el balcón, salí y me abrazó fuerte, “te ves preciosa Meli, de verdad que eres hermosa”.
-Gracias, sabes, no estoy acostumbrada a esos elogios, así que es posible que cuando me dices algo así, mi cara se ponga un poquito roja, le dije sonriendo tímidamente y tu, eres el hombre más apuesto que he visto en mi vida le dije, giñando un ojo, sabes; soy afortunada.
-Bueno, ya te acostumbraras a que te los diga, depende de ti si quieres seguir escuchando a este hombre al que tienes loco, me dio un beso suave en mi boca.
Pablo, gracias por los pendientes, están hermosos de verdad, gracias, sentí como de la emoción mis ojos se llenaban de lagrimas.
-Fueron hechos pensando en ti hermosa.