Cuando Luis llega a mi habitación decido ser sincera y contarle como están las cosas.

-Necesito que me ayudes, debo contarte algo, no sé cómo lo vas a tomar, pero si queda algo de humanidad en ti, por favor, es el momento de demostrarlo.

-Tengo dos meses de embarazo aproximadamente de un hijo de Pablo, en este momento temo perder a mi bebé, necesito un médico ahora mismo, tengo un leve sangrado, debo ir a un hospital, a una clínica lo que sea en este mismo momento, te lo imploro Luis, por lo que más quieras, llévame donde un médico.

-Melina, estás loca, mi padre te matará si se entera, a mi sinceramente me da lo mismo, no quiero hijos en mi vida, tú verás cómo te las arreglas sola, te llevaré a un médico únicamente, porque me siento obligado a hacerlo por ser mi esposa, pero no me interesa lo que pase con tu hijo, ya no estás presa en esta casa, puedes salir donde quieras, hacer lo que te dé la gana, ya no hay un hombre por el que me vayas a dejar, dijo Luis de manera sarcástica.

Inme