LA CENA PARTE UNO.
Pablo me besó, salimos de la habitación, en la planta baja estaba María, esperándonos con una sonrisa y Ponky en sus tiernos brazos, “Mira Ponky, que papás tan elegantes tienes” dijo María mirándonos con una sonrisa muy gentil, “gracias señora María, muy amable” le dije mientras le daba un beso al cachorro.
-Ay no mi niña, no me digas señora, que me haces sentir vieja, soy María solamente y estoy para lo que necesites con mucho gusto, dijo María sonriendo amablemente.
Entonces, muchas gracias María, podría cuidar a nuestro Ponky, mientras acompaño a este hombre guapo a una cena que no tengo idea de que es, le dije haciendo mis manos en suplica, le di un abrazo a ella, sorprendiéndola, estoy segura de que ella no tenía idea si abrazarme o no, me parece tan maternal esta mujer, que el abrazarla fue algo espontaneo.
-Por supuesto que sí, lo cuidaré como si fuera mi nietecito, con todo el amor del mundo, Pablito sabe que yo lo que prometo lo cumplo y que esta no será la excepción, vamos P