DOCTOR.

-Hola doctor Taylor! Dije sintiendo como me ruborizaba.

- Creo que estoy bien, dije tontamente, que hago aquí, lo último que recuerdo fue ver unas luces que se acercaban, pero no pude reaccionar, no me pude mover, me paralicé y después de eso, todo está confuso, alguien me levantó de donde me encontraba tirada, sentía caliente mi cabeza, ahora despierto aquí y sinceramente no tengo idea de donde estoy, por lo visto en una clínica. Me ayuda a recordar doctor, por favor?

A ver Meli, tranquilízate, estas en buenas manos, no te preocupes, siéntate acá en este sofá, te explicaré lo que sucedió, tranquilízate, me preocupa únicamente que estés bien, que me digas que me digas como te sientes.

-Sentándome al lado de él en el sofá, le respondí. – Me siento bien doctor, ahora solo explíqueme que me sucedió, nunca me había perdido de esta manera, siempre he tenido el control de todo ¿cuantos días han pasado?, me siento realmente perdida.

El doctor Taylor me sonrió, (era la sonrisa más perfecta que había visto en mi vida) me dijo que el día del restaurante, había tenido un accidente y que un carro me había atropellado, que él tuvo que traerme a la clínica donde trabaja, todo de emergencia en su propio vehículo, ya que la ambulancia no llegaba rápido, que me había hecho una cirugía y que tenía veintidós día de estar sedada, para que se desinflamara mi cerebro, lo que te sucedió fue bastante grave, estuviste al borde de la muerte Melina.

Mi cara fue de asombro ¡doctor, veintidós días de mi vida perdidos! No puede ser, que tan grave fue lo que me sucedió, porqué cirugía, por Dios, pero estoy bien, no hay ningún efecto secundario, mi universidad, que voy a hacer ahora y me puse a llorar, no sé si del impacto, por el hecho de que casi pierdo la vida, o de pensar que iba a hacer ahora para pagar mi cuenta de hospital.

El doctor Taylor al verme así, se acercó y me abrazó, con una sonrisa y un “Meli, tranquila, todo está bien, es mas imagínate si está todo bien, que ya pronto te daré de alta, no te preocupes”

Sentí los brazos de ese hombre abrazándome y sinceramente, me perdí, ha sido hasta ahora la sensación más dulce y excitante que he tenido.

A ver, por ser una mujer valiente y hermosa, te tengo una sorpresa, mañana temprano, permitiré que tus amigas vengan a verte, me han tenido acosado literalmente todo este tiempo, pero ya mañana mi calvario acabará, dijo él riéndose y guiñándome un ojo, - bueno, ahora te dejo, descansa, “no puedes utilizar el teléfono móvil, hasta que te haga unos exámenes mañana”, dijo él.

-“Doc” dije yo de manera inesperada, una pregunta, las flores y los globos, quien los ha traído (yo tan inocente, pensé que podrían ser de Luis). – Tus amigas los han traído, ahí en la cajita que está sobre la mesita de noche, están algunas cartas que han traído para ti, también está tu móvil, solo prométeme que no lo vas a utilizar hasta mañana, ahora descansa por favor, mañana debo de hacerte algunos exámenes y de eso dependerá que te de de alta, ya hablaremos un poco más sobre tu caso, te quiero ayudar.

Al salir el doctor, se paró en la puerta y me dijo con aquella voz tan sexy, “ ah Meli, el ramo de rosas amarillas, te lo traje yo, me giñó un ojo y salió de la habitación.

Yo me quedé ahí con una emoción increíble, ese hombre regalándome rosas, por supuesto que era demasiado pedir que fuera Luis, total, nunca lo había hecho y un ramo de rosas amarillas con una roja, ese ramo significaba mucho para mi.

Tomé mis cartitas, leí todos los mensajitos de mis amigas, un “recupérate pronto”, “te extrañamos”, “te queremos Meli”, “tonta, ya no queremos que estés así” y “un mujer hermosa, ya quiero verte sonreír otra vez”, este mensaje específicamente, llamó poderosamente mi atención, no eran mis amigas obviamente, debía se Luis.

Me levanté, caminé hacia la ventana, estaba en un decimo piso posiblemente, por cómo se veían los autos en la carretera y los jardines cerca del hospital, esa noche estuve muy inquieta, sinceramente no pude dormir nada, tomé mi teléfono y recordé lo que el doctor Taylor me indicó, así que por el miedo a que me tuvieran que dejar mas en ese lugar, dejé mi móvil al lado y traté de dormir, ya eran las once y treinta minutos de la noche.

A la mañana siguiente, me despertó un escándalo en la sala frente a mi habitación, las voces eran conocidas, eran mis amigas que peleaban con la recepcionista para que las dejaran pasar a verme, en un momento, todo fue silencio, entró el doctor Taylor, seguido por mis amigas y su escándalo, se abalanzaron sobre mí una tras otra, lloraban y reían casi que al mismo tiempo, me llenaban de besos, estas mujeres están locas.

El doctor Taylor solamente sonreía al ver aquella imagen, - hola doc, como amaneció, disculpe el alboroto, pero nosotras generalmente somos así dije, él solamente me miró y dulcemente me dijo- Ay Meli, ya las conozco, han sido mi cruz durante veintidós días, ya te contarán.

El doctor se fue y mis amigas y yo quedamos en la habitación haciendo un terrible escándalo, poniéndonos al día con los chismes de la universidad, con todo lo que me había perdido.

Saben, les dije un poco preocupada, - he estado aquí muchos días, no sé que voy  a hacer para pagar la cuenta del hospital, debe de ser extremadamente alta, mañana iré a buscar el departamento de pago para ver a que arreglo puedo llegar, la verdad, creo que trabajaré por muchos años para cancelar esto.

-Meli, tranquilízate, papi dice que él se va a hacer cargo de todo lo relacionado con el hospital, sabes que te adora, que eres una hija mas para él, solamente, que tu nunca nos aceptas que te ayudemos, esta vez aunque digas que no, no te vas a poder negar, entiendes y si no estás de acuerdo, entonces hablas directamente con mi papá y listo, ya no te preocupes.

- Sabes que no lo voy a aceptar, a no ser que sea un préstamo que tu papá me haga, de otra manera veré como hago, no es que sea orgullosa, es simplemente, que no me gusta abusar de las personas, ya hablaré con don Alexander a ver cómo hacemos con eso. – Es tu problema, habla tu con él, dijo Yanis poniendo los ojos en blanco por ser yo tan odiosa, como decía ella.

-Hay tantas cosas que contar, pero Pablo solamente nos dejó entrar una hora, dijo que más que eso no, porque te íbamos a volver loca, dijo Patri, como si no nos conocieras, además, él te quiere acaparar en todo momento, anoche estábamos ahí afuera, cuando vimos que él entró a tu habitación, estuvimos un buen rato y cuando salió, nos dijo que ya habías despertado, pero que te habías quedado dormida, que hasta hoy podríamos entrar.

-si, si si, dijo Yanis y hoy cuando llegamos la bruja de Sonia, no nos iba a dejar ingresar a tu habitación, pero peleamos, hasta que llegó el doc y entró con nosotras, “ja, ja, nadie puede con nosotras, si te quedaste dormida anoche verdad?, o es que el doc nos mintió para no molestarte”.

- si Patri, me quedé profundamente dormida, les dije riendo.

Bueno, señoritas, creo que ya deben de retirarse, Melina debe de hacerse unos exámenes, así que nos vemos en la tarde, ya saben, un trato es un trato, les dijo el doctor Taylor cuando entró a la habitación.

Milagrosamente, mis amigas se despidieron y se  fueron para la Universidad, teníamos clase temprano ese día.

Sigue leyendo este libro gratis
Escanea el código para descargar la APP
Explora y lee buenas novelas sin costo
Miles de novelas gratis en BueNovela. ¡Descarga y lee en cualquier momento!
Lee libros gratis en la app
Escanea el código para leer en la APP