¿alguna vez te has preguntado hasta donde estarías dispuesta a llegar a cambio de dinero? Rowan tuvo que hacerse esta pregunta cuando de un momento a otro se encontró completamente sola, sin el apoyo de su familia, las deudas acumulándose sobre ella y un futuro prometedor el cual no estaba dispuesta a dejar que se escapara de sus manos gracias a la falta de dinero, ¿pero a caso sus futuras decisiones no le traerán algún tipo de consecuencia? ¿todo será tan fácil como se lo han planteado?. Una propuesta laboral llega a Rowan cuando se encuentra en uno de sus peores momentos, dinero a cambio de sexo, solo una noche con un completo desconocido que puede cambiar su vida, pero lo que ella no se imagina que es que su vida se derrumbara al pasar la noche con un hombre equivocado
Leer másMi cuerpo tiembla ligeramente ante la incertidumbre de lo que está a punto de ocurrir, mis ojos vendados no me permiten darme cuenta de lo que ocurre a mi alrededor. La habitación se ha impregnado de una fragancia fresca e intensa. Pisadas firmes se acercan hasta mí. Una mano grande recorre con delicadeza mis piernas desnudas y una voz que me parece familiar comienza a sonar. . .
Estoy a punto de entregar mi virginidad a cambio de dinero, si me hubiesen hecho esta propuesta hace un par de meses, me habría reído a carcajadas… no tenía la necesidad, había una persona que se preocupaba por mí, pero ahora mi vida ha dado un giro de 180°, podrían decirme que esta no es la única opción, pero en mi desesperación fue la única alternativa, ¿qué podía ser una chica en mi situación? Solo soy una estudiante con un puesto de pasante de medio tiempo, un historial crediticio nulo y sin nadie a quien poder recurrir ...... La venda cae de mis ojos y mi corazón late con fuerza al ver al hombre que tengo parado frente a mí . . . . . . . . . . . . . . . . Hace un mes Cuando la alarma suena, mis ojos ya se encontraban mirando al techo de la pequeña habitación, últimamente no he podido conciliar bien el sueño y es que muchas preocupaciones rondan mi cabeza desde hace un tiempo, he acumulado muchas deudas universitarias y aunque trabajo en una de las agencias publicitarias más importantes, mi sueldo es muy bajo, ya que solo soy una pasante. El tema más importante que me tiene preocupada es que hace tres meses que no sé nada de mi hermana Stella, ella era la encargada de cubrir mis gastos universitarios, pero ese no es el punto, sino que Stella jamás me abandonaría de esta manera, sé que algo malo le ha pasado y peor aún es no tener idea de cómo está, no tengo a quien recurrir, mi padre se niega a verme y sus estúpidas esposa e hija tampoco me dan razón de mi hermana.... Cuando salgo de los dormitorios, el reloj marca las siete en punto, corro hasta la parada de autobuses para alcanzar el que está llegando, no quiero que se me vuelva a hacer tarde, ya que el día de ayer fui regañada frente a todos por llegar solo quince minutos tardes y el autor de ese bochornoso momento fue el mismísimo directo genera, el señor César Kouris, un tipo apuesto, pero arrogante a más no poder, nada que ver con su hermano, el señor Orlando es un encanto, amable, inteligente, generoso y sobre todo aún más apuesto, el tipo de hombre con el que todas las mujeres sueñan. Al llegar al trabajo, me alegro al darme cuenta de que he llegado muy temprano, así que como compensación voy hasta la despensa y comienzo a prepararme un delicioso café gourmet..... esta es una de las cosas que amo de esta agencia, consienten a sus empleados con deliciosos aperitivos. Me siento en una de las sillas altas para disfrutar de diez minutos de relajación mientras el resto de mis compañeros llegan. Cuando voy hacia mi escritorio veo al señor César rebuscando entre los archiveros. — buenos días, señor, ¿necesita algo? - pregunto con amabilidad. Su mirada se clava en mí por unos instantes antes de apartarla con indiferencia — sí, los documentos de la cuenta Harper. — deme un momento, yo se los doy. — llévalos a mi oficina - dice sin siquiera mirarme a la cara o decirme un simple gracias … Mi abuelo siempre decía que las palabras mágicas eran por favor y gracias, dos simples palabras que podían cambiarlo todo. — si señor - digo al viento, ya que ese cretino se ha alejado sin prestarme más atención. En primer lugar, comienzo a organizar todo lo que el director general ha desorganizado. Cuando al fin encuentro los documentos voy hasta su oficina y agradezco al ver a Elisa, su secretaria — buenos días, Elisa — hola Rowan, buen día — tu jefe quería estos documentos — muchas gracias, ya mismo se los llevo — gracias Vuelvo a mi escritorio y comienzo a prepararme para trabajar. — es hermoso ese hombre —escucho a Scarlett murmurando a mi espalda —¿quién?— pregunto sin despegar la vista del monitor — el señor Orlando— cuando levanto la mirada, el señor Orlando va pasando frente a nosotras — buenos días, señoritas — nos saluda, mostrándonos esa encantadora sonrisa que provoca un sin fin de emociones en cualquier mujer. — buenos días, señor - respondemos al unísono. No puedo evitar emocionarme cuando sus ojos verdes se posan sobre mí por tan solo un par de segundos y las comisuras de sus labios se levantan ligeramente. ... … … Son las doce y treinta de la tarde cuando me levanto de la silla, tomo mis cosas y me despido del resto de mis compañeros. Voy hasta los ascensores y cuando una de las puertas se abren entro a toda prisa, ya que se me hace tarde para mi primera clase, pero quedo tiesa al darme cuenta de que los hermanos Kouris están dentro de la caja metálica. — Rowan! ¿Aún sigues aquí? Se supone que tu salida fue hace media hora. — dice el señor Orlando — si señor, es solo que debía terminar de revisar un par de archivos. — ¿no se te hace tarde para la universidad? — solo un poco, pero tomaré un taxi. — si gustas te puedo llevar— mi corazón late con fuerza cuando mi jefe se ofrece a llevarme — hermano, recuerda que tenemos una junta dentro de una hora. — pero sí me da tiempo de ir y venir. — no se preocupe señor, un taxi ya me está esperando. — está bien, pero hablaré con Karina para que te deje salir a la hora correspondiente — no hay problema, solo fue por el día de hoy. — bien, pero aun así, solo eres una pasante y el trabajo no debe afectar tus clases… — gracias, señor— las puertas se abren al fin - buenas tardes y con permiso — digo antes de alejarme de aquellos dos, solo espero que ninguno se diera cuenta de lo fuerte que late mi corazón ahora mismo … … … ***** César Kouris — ¿te gusta esa chica?— le pregunto a Orlando al ver las atenciones que ha tenido con Rowan ... Casi nunca me aprendo el nombre de los empleados a menos que trabajen directamente conmigo, pero el de esa chica es un nombre inusual así que se ha quedado grabado en mi mente. — bueno... es una chica muy guapa a demás muy inteligente y talentosa. — ¿te interesa? — ¿no puedo ser amable solo por qué si? — ¿eso es un no? — ¡cállate ya!! O pensaré que a ti es a quien le interesa **** Rowan Cuando termina mi última clase, me dirijo hasta las oficinas de la universidad para pedir una prórroga, pero me es denegada, son varios los meses que llevo de atraso, me han dado solo un mes y eso fue mucho, para pagar el total de la deuda… podría postularme para una beca, pero solo cubriría el 50% de los gastos y a demás es un trámite que lleva tiempo así que por ahora no es una opción. Llamo una vez más a Stella pero nadie responde. Me armo de valor y voy hasta la casa de mi padre. — ¡señorita Rowan! - dice con sorpresa Emilia al verme parada en la entrada -¿qué hace aquí? — hola Emilia¿está mi padre? — sí, pero no sé si quiera recibirla — podrías decirle que estoy aquí — deme un momento - Emilia entra a la casa y después de unos minutos, tras de ella sale también mi padre con una cara de pocos amigos —¿qué haces aquí?— pregunta con el ceño fruncido — pa… Papá - digo con dificultad y es que al verlo molesto, mi lengua se ha comenzado a trabar. — ya te he dicho que no me llames así - mis ojos se vuelven cristalinos ante su desprecio. — ¿sa..sabes al.. go de Stella?, hace m... meses q.. que no sé nada d.. de ella — ni siquiera puedes hablar bien ¿eres estúpida?... - deja escapar un suspiro de decepción - Stella se mudó al extranjero por cuestiones de trabajo. — p.. pero ella n..no me di.. jo nada — se cansó de cargar contigo, eres como un lastre para toda la familia. — las lágrimas comienzan a caer sin parar. — vete de mi casa y no vuelvas, no me gustaría que me relacionaran contigo. — ¿por.. que no m.. me quieres? —pregunto con la voz entrecortada — ¿por qué habría de querer a la bastarda de mi exesposa? Tú no eres mi hija Rowan, métete eso en la cabeza, si te cuidé por años fue por qué Otto me lo pidió, pero él ya no está más con nosotros así que no debo de preocuparme más por ti. Mi padre, o más bien Octavio, se da la media vuelta y se marcha mientras Emilia me dedica un gesto de lástima. No puedo más con mis sentimientos y comienzo a llorar como una niña pequeña. Caigo de rodillas al suelo mientras un llanto desgarrador sale de lo más profundo de mi pecho, extraño a mi abuelo, extraño a mi hermana. Lloro hasta que no puedo más, mi voz se ha vuelto ronca y mis ojos se han secado al fin.Verónica Son las ocho de la noche cuando al fin termina la última clase. — ¡Vamos a cenar, tengo mucha hambre! - dice Rowan al mismo tiempo que su estómago gruñe con fuerza, lo que nos hace reír a ambas. — quiero un sándwich de pollo. — yo te invito. Decidimos ir a un restaurante por el centro, ahí venden los mejores sandwiches. — ¿hoy tampoco irás a ver a Stella? — no, ya Sebastián me había comentado que se volvería más complicado, al parecer a Octavio se le ocurrió la idea de poner más vigilancia — ¿crees que sospeche? — espero que no… pienso que si supiera que estoy visitando el hospital, no se quedaría tan tranquilo… tengo miedo de perjudicar a Sebastián y que eso también afecte a Orlando y César, lo único que me conforta es que Sebastián me tiene al tanto del estado de salud de Stella. — me alegro de que tengas su apoyo. — yo también… la verdad es que todo había resultado muy fácil gracias a él y César. — por cierto, no habíamos tenido tiempo de platicar … ¿Qué querías
Verónica Es más de media noche cuando voy llegando al campus, le había prometido a Rowan que llegaría más rápido, pero el camino se volvió más largo de lo esperado y peor aún cuando el taxi entro al campus, ya que han cerrado el camino. — disculpe señorita… pero ya no puedo pasar por aquí, ¿quiere que tome otra ruta?— dice el señor, un hombre maduro al cual se le nota el cansancio en su rostro. — … Puedo bajar por aquí, ya no es mucha la distancia - le pago al taxista y bajo del auto, en realidad es bastante corto el camino. Al parecer el equipo de fútbol ha ganado el juego de hoy y se les ha ocurrido la maravillosa idea de cerrar el camino para celebrar… son unos idiotas, no entiendo como permiten ese tipo de cosas dentro del campus. Voy caminando entre la gente renegando e insultando a los responsables de este alboroto cuando de pronto alguien tira de mi brazo - ¡Ah! - suelto un grito mientras mi puño se cierra, listo para golpear el rostro del idiota que me está sujetando, per
Al hablar con César pude sentirme un poco relajada aunque el camino de vuelta a los dormitorios fue igual de tenso como cada vez que estoy cerca de él… — ¡hemos llegado! - dice mientras coloca el freno de mano — muchas gracias - ambos nos quedamos callados por un breve momento, no entiendo por qué no salgo de aquel auto, ¿qué es lo que estoy esperando? — ... Bueno, no espero que nos volvamos grandes amigos después de lo que hemos hablado, pero si espero que podamos llevar una relación cordial. — … Creo que es una buena idea... — bien. - ... ¡Eh! B..bueno, es hora d...de irme. — nos vemos mañana en la agencia. — hasta mañana ... — salgo del auto y camino con pasos largos hasta que al llegar a la entrada de los dormitorios decido voltear al fin y me doy cuenta de que su auto aún sigue ahí estacionado. Cuando entro a mi habitación reviso mi teléfono y tengo un par de mensajes de Orlando y Verónica. — [ llevo solo un día alejado de ti y siento como si fuera una eter
Rowan — hola - dice con un tono de voz cálido que provoca que un escalofrío recorre mi cuerpo … Pensé que esto no me volvería a pasar.— hola… lo siento, no sabía que estaba aquí - respondo nerviosa, sin poder mirar su rostro, esperando que no note las sensaciones que provoca en mi cuerpo.— sí… Lo siento, estaba a punto de irme.— … No!, no pasa nada, solo me sorprendí al verlo. Sebastián no me avisó que estaba aquí.— sí, él suele hacer ese tipo de cosas... — nuestras miradas se encuentran por unos breves instantes, sus ojos negros me miran con intensidad, lo que me hace desviar la mirada - Orlando me contó que usted y mi hermana son buenos amigos - digo para intentar disolver la tensión — así es…— me gustaría agradecerle por todo lo que ha hecho, si ustedes no me hubieran ayudado, jamás me habría enterado de dónde se encontraba ni que le había ocurrido. — me acerco hasta la cama y tomo la mano de mi hermana…— no tienes nada que agradecer, al contrario, yo te agradezco a ti, en
Rowan Al despertar me encuentro con la mirada de Orlando, que está senado a mi lado, acariciando mi cabello. — ¿cómo te sientes? — … Ya mejor — ¿tienes hambre?, vamos, te invito a desayunar - dice intentando animarme. — no tengo mucha hambre, preferirá quedarme aquí — entonces, déjame ordenar algo y comemos aquí juntos, ¿te parece? — está bien … ¿Y Verónica? ¿No estaba aquí?— pregunto al percatarme de la ausencia de mi amiga — ella dijo que haría un par de compras, seguro que no tarda en volver … Por cierto, no quiero ser indiscreto, pero ¿ella está bien?... Es solo que me pareció ver un golpe en su rostro. — ¡eh! Sí, bueno, en realidad la asaltaron hace un par de días y el imbécil la golpeó cuando intento defenderse - digo lo más creíble que se me viene a la mente en ese momento. —¡Pero qué malditos! ¿Y realizó una denuncia? — ¡eh! Si, ya lo hizo - espero que mis palabras no afecten en nada a Verónica, obviamente no puedo decir la verdad. Orlando ordena algo para de
Verónica Cuando Rowan se va con Orlando me quedo intranquila. Aún tenía la esperanza de que la hermana de Rowan estuviera bien, aunque en realidad no sé lo que le ha ocurrido, lo único que le dijeron es que estaba en el hospital, pero es fácil imaginarlo, lleva casi medio año hospitalizada eso es lo que puedo deducir, seguramente fue muy grave lo que le ocurrió. Cuando la puerta de mi habitación suena, me levanto de inmediato para abrir y tras de ella está Rowan, el aspecto desconsolador en su rostro me hizo sentir una gran tristeza… — ¿cómo está tu hermana? - pregunto con miedo de tocar alguna fibra sensible en estos momentos, es evidente que ha estado llorando por un largo rato. — … A mi hermana le dispararon en la cabeza - dice con la voz entrecortada. Puedo imaginar su dolor, también tengo una hermana a la que amo y me moriría si algo así le sucediera. Rowan no dice mucho y es que en realidad no sabe nada, al parecer Orlando no quiso decirle todo lo que el investigador había
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