La doctora Elizabeth lo miró más tranquila al notar cómo Ariel aseguraba que regresaría a vivir allí si los dos niños resultaban ser suyos. Luego, continuó organizando los expedientes.
—Doctora, ¿a qué se refería cuando dijo que habíamos tenido suerte? —preguntó Ariel, sentándose frente a ella.—Lo digo porque, si ve aquí, en todos dice embriones —respondió, señalando un punto en el expediente, sin que ellos entendieran nada.—¿Y? ¿Qué diferencia hay? —preguntó Marlon, moviéndose de un lado a otro con evidente impaciencia—. No veo qué importancia puede tener eso, dicen defectuoso, está claro que los eliminaron. ¡Dios!—Marlon, ¿puede usted sentarse y tratar de calmarse, por favor? —le llamó la atención Elizabeth—.