Ariel, cautivado por su presencia, se acercó con una mezcla de nerviosismo y determinación. Con una sonrisa tímida, se sentó junto a ella y, poco a poco, fue ganándose su confianza al ofrecerle ayuda en sus tareas diarias. Para cuando el primer semestre llegó a su fin, el destino ya había entrelazado sus caminos, convirtiéndolos en una pareja inseparable.
En la universidad, Ariel no tardó en destacar. Su dedicación al estudio, heredada de sus hermanos mayores, lo lle