198. ARREGLOS PARA LA CEREMONIA
Marlon abraza a su madre emocionado, sintiendo la misma frustración que ella por no poder hacer que la boda suceda como debe ser. Pero teme que, por su excitación, le suceda algo.
—Lo sé, se lo merece, mamá, lo sé. Lo que no quiero es que te enfermes, solo me preocupo por ti —dice con cariño, sacando su pañuelo para limpiar las lágrimas de su madre.
—Estoy muy bien, solo me entristece todo esto. En vez de interrumpirme, ve a asegurarte de que la boda sea como la de un cuento de hadas. Camelia no se merece esto, se merece el cielo y yo se lo voy a dar; la voy a hacer la esposa más respetable de todas. Haré que todo el mundo la respete, se lo merece, hijo, se lo merece —repite de nuevo, y se echa a llorar en los brazos de su hijo mayor.
—No llores, mamá. Si es lo que quieres, lo haremos. Vamos, cálmate. Mira lo que hizo Isma, trajo a su ejército de trabajadores, ¿ves? —señala a una gran cantidad de hombres que ya trabajan bajo las indicaciones de los planificadores—. Deja de llorar, ma