CIELO

La expresión en el rostro de Odeth al ver a Lord Lorenzo bailar con otra mujer fue... sublime.

Una mezcla de sorpresa, dolor y algo más difícil de describir. Era la confirmación de todo lo que yo sospechaba, pintada con claridad en sus ojos.

Y debo confesarlo: lo que vi fue incluso mejor de lo que había imaginado.

Y para mi sorpresa, todo estaba a punto de dmejorar.

Un "caballero" la acecha desde hace un rato y aunque ella hace todo lo posible por ignorarlo, él decidió entrar en acción y captura toda la atención de mi amiga. Su expresión cambió, la rigidez en los labios, el súbito temblor en las manos. Estoy segura del tipo de comentario que aquel hombre miserable le lanzó. No me gustó en lo absoluto. La sangre me hirvió. Pude haberle obligado a graznar como un pato en plena pista de baile, o a perseguir su propia cola como un perro rabioso para que entendiera lo que es ser juzgado sin tener la culpa... Sí, pude hacerlo.

Pero me contuve.

Odeth debe aprender a defenderse sola. D