Margot
Sube las escaleras cargando mi cuerpo con suma facilidad, mis piernas están bien sujetas a su cintura y puedo ya sentir el nivel de nuestra excitación. Nos adentramos a mi habitación y en un respiro me libera de la ropa tirones y se libera de la suya también.
—Nunca me cansaré de ti —dice entre jadeos. Me limito a sentir su cuerpo sobre el mío, también su miembro adentrarse en mi y sus embestidas comienzan haciendo que mi cuerpo disfrute de cada centímetro de él—. Nadie más va a estar dentro de ti, eres solo mía, desde hoy y para siempre Margot.
Ezequiel se ha convertido en el hombre de mi vida, no me veo con nadie más, no quiero a nadie más que solo él. Llegó a mi vida por un empleo y terminó apoderándose de mi completamente. Le quiero… claro que le quiero.
—Te quiero —digo y él me mira detenidamente, tiene sus ojos fijos en mi, esa mirada tan oscura…
—Y tu me enseñaste a querer de verdad, despertaste sentimientos que jamás había sentido… sentimientos que una persona como