Megan
Hace tres horas que han ingresado a Ezequiel a una operación para extraer la bala que se ha quedado atrapada en su vientre. Han solicitado unidades de sangre y afortunadamente el personal de la granja ha podido donar.
—Ya es mucho tiempo, ¿no creen? —Leo me toma de la mano
—Están haciendo su trabajo, además… es demasiado terco para dejar de vivir solo porque le han disparado —Dice con una media sonrisa.
Y es cierto, Ezequiel es demasiado fuerte. Pero inevitablemente mis nervios me han traicionado y he comenzado a preocuparme. Hace solo un par de horas que ha vuelto a nuestras vidas y ahora está peleando entre la vida y la muerte por un par de intrusos que han venido a perseguirlos.
Miro a Leo teclear en su móvil y salir varias veces, sé que tiene que ver con la seguridad de la granja.
—No te preocupes, solo están viendo por tu bienestar y el de todos nosotros —dice Brenda y yo asiento, en ese momento el médico que lo operó sale de dos puertas color blanco.
—Está vivo —dice y