Mundo ficciónIniciar sesiónComenzar de nuevo, esa es la única opción. En algunas ocasiones la vida tiene preparadas cosas que bien pueden sacudirnos y volcar nuestro mundo de un momento a otro, dejarnos sin aliento, desestabilizar, ¿es la mejor manera de huir de algo?, ¿de alguien? Tres historias que se vinculan en un único suceso, la compra y venta estipulado en un contrato que garantiza una sola cosa: tu vida ha quedado atrás, a partir de ahora vives y respondes solo a tu dueño… ¿Será que ellos tenían otra opción? ¿O es que se trata de su propio destino? AVISO TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS ©//OBRA REGISTRADA. ••••••••••••• Esta historia está registrada y protegida por derechos de autor. Prohibida su copia total o parcial. No se aceptan adaptaciones. En caso de que se violen dichos derechos se tomarán acciones legales. Miranda A.©
Leer másÉlRecorro los pasillos del supermercado para terminar de agregar todo lo que Megan ha especificado en la lista. Termino por tomar una bolsa de papas fritas para colocarlas en el carrito de compras y dirigirme a pagar, cuando dos hombres me interceptan.—El silencio no significa ausencia, ¿te lo han dicho? —pregunta uno y él otro asiente sin más. —¿Qué es lo que quieren? —pregunto y él se acerca a mi—Sabes que es lo que buscamos, venganza, hiciste un trato —niego—Quedó saldado —ellos niegan de nuevo—. Estoy cumpliendo con mi parte del trato, sigo en su cuidado, no tienen porque venir aquí a presionar, ella está bien y el bebé también. —Ezequiel… ¿no te queda claro que una vez que te metes a este mundo es muy complicado que salgas?, sobre todo ileso. —Todo está saliendo de acuerdo al plan, no hay porque hacer apariciones —digo de manera seria.—Cumple tu parte del trato y con gusto dejamos de hacer apariciones—niego varias veces —Está bien, les mando los cortes a medianoche —digo
MeganHa pasado una semana desde el atentado en la granja, las actividades han vuelto a la normalidad, con los chicos y el nuevo sistema de seguridad, no hay una sola mosca que se acerque sin ser identificada. Me apresuro a recoger las hortalizas que he cosechado para después colocarlas en la carreta y llevarlas a la cocina. —Te he dicho que puedo ayudarte, solo fui a alimentar a los cerdos —dice Ezequiel y yo niego—No puedo estar sin hacer nada, Leo también se pone como un loco cuando voy al huerto, tiene que dejar que me mueva o les daré un golpe a ambos —digo de manera determinada.—Vaya… alguien amaneció un poco brava —lo miro de mala gana y bufo—Y alguien amaneció con una boca muy grande, además, tu deberías de estar sentado recuperándote de esas cirugía —digo y él asiente—Estoy en reposo —dice y luego deja caer su cuerpo en una silla —Que gracioso —continuo lavando las hortalizas cuando Brenda llega a ayudar, luego me entrega un vaso de limonada, mi favorita. —Hora de des
MeganHace tres horas que han ingresado a Ezequiel a una operación para extraer la bala que se ha quedado atrapada en su vientre. Han solicitado unidades de sangre y afortunadamente el personal de la granja ha podido donar. —Ya es mucho tiempo, ¿no creen? —Leo me toma de la mano—Están haciendo su trabajo, además… es demasiado terco para dejar de vivir solo porque le han disparado —Dice con una media sonrisa.Y es cierto, Ezequiel es demasiado fuerte. Pero inevitablemente mis nervios me han traicionado y he comenzado a preocuparme. Hace solo un par de horas que ha vuelto a nuestras vidas y ahora está peleando entre la vida y la muerte por un par de intrusos que han venido a perseguirlos.Miro a Leo teclear en su móvil y salir varias veces, sé que tiene que ver con la seguridad de la granja. —No te preocupes, solo están viendo por tu bienestar y el de todos nosotros —dice Brenda y yo asiento, en ese momento el médico que lo operó sale de dos puertas color blanco. —Está vivo —dice y
ÉlLa cena ha sido silenciosa. Leo está furioso por verme sentado con ellos, pero me importa en lo más mínimo, solo quiero tener a Megan cerca. La comida que Brenda cocina es mucho mejor de lo que he probado en meses. —Buenas noches —dice Megan poniéndose de pie—Te acompaño —digo pero ella se queda sin caminar—No, buenas noches Ezequiel —dice y me quedo mirando como sube las escaleras, sé que pronto se le va a dificultar con el avance de su embarazo. Luego yo camino hasta mi habitación y me adentro en ella. Es sencilla, tiene una cama amplia, vestidor y un baño propio. Quisiera poder compartir la habitación con Megan, pero sé que es demasiado pronto, tengo que trabajar en su confianza, en su amor por mi. Puedo lograrlo. Me adentro en la cama, hace un par de horas tomé una ducha y me puse ropa presentable, por fin Tom pudo descansar y comer un poco, sé que no ha podido siquiera cerrar un ojo estos meses. Cierro los ojos y pienso en ella, en como luce embarazada, en que tendré un hi
Megan —¿Qué? —dice con un hilo de voz.—¿Tampoco eso entiendes? —escupe Leo con mala gana—Basta —digo y se silencia de inmediato—. Leo ha estado conmigo desde siempre, desde que salí de mi casa, él solo ha cuidado de mi y de este bebé… y de su pareja. Miro a Brenda que tiene un puchero, luego se acerca hasta donde estoy y masajea mis hombros como cada tarde. —La gente de la que te rodeaste, nosotros… no somos unos traidores —digo con mayor seguridad —. Leo es mi mejor amigo, mi acompañante fiel y a la persona que le debo mi bienestar, porque en el momento en que tu decidiste traicionar este amor… el amor que te tengo… que te tenía… —Megan —dice y yo niego—. Perdóname, yo nunca quise… hacerte daño y menos…—Si, si lo quisiste hacer, te veías bastante relajado en esa fotografía —él niega y busca a su alrededor un par de papeles que yacen en el suelo esparcidos.—Esta es la prueba, me drogaron Megan, clonaron mi sistema de información —dice desesperado—. Fue una fortuna que hayas sa
MeganHan pasado 4 meses desde la última vez que vi a Ezequiel, tomo el vaso de limonada con hielo y lo empujo en mi boca. El calor es sofocante y es lo único que ha podido calmar las náuseas. Miro a Leo caminar de manera tranquila dando órdenes por toda la granja, fue un alivio que quisiera venir a formar parte de mi vida, porque de no ser así, no hubiese podido con el cambio y la administración del lugar. —Entonces, no quiero que vuelva a suceder, si alguna de las vacas sale a pastar, tienen que vigilarse, no nos podemos arriesgar a que los del rancho vecino acabe con ellas —tomo una gran bocanada de aire y me mira con una sonrisa al darse cuenta que lo estoy mirando—. ¿Todo bien?—Si… he terminado con la clasificación de las verduras del huerto —digo y él asiente con una sonrisa, se acerca hasta donde estoy y me abraza por los hombros. —Estoy seguro de que esas calabazas serán todo un éxito esta temporada—esbozo una sonrisa—Eso espero, porque la inversión fue grande —él asiente
Último capítulo