Astrea batió las pestañas de manera lenta y sexy, se puso de pie. Lo primero que hizo fue quitarse los zapatos y sin abandonar sus ojos, le dio un espectáculo que lo que hizo fue acrecentar el hambre de Kael por ella.
Un gruñido bajo se escapó del pecho del alfa.
—Déjate las put4s bragas —inquirió con los dientes apretados, en el segundo que observó como introducía los dedos en la banda elástica del cachetero que a juego que llevaba puesto.
Ella dio una sonrisa ladeada, satisfecha de haber causado tal efecto en el gran alfa. Pensó en disfrutarlo hasta que Kael se lo permitiera, aunque fuera por poco tiempo.
—¿Y esto también? —preguntó con voz melosa, y enarcando una ceja al mismo tiempo que metió los pulgares en la elástica del sujetador.
—Oh, diosa Luna, ten piedad de mí —respondió con un suspiro alzando la cabeza u mirando al cielo azulado—. Sácatelo, antes de que lo rompa.
—Espero que no empieces a dejarme sin ropa interior —ella dijo riéndose.
—No te preocupes, yo me encarga