En el instante en que su madre le abrió la puerta, esta se puso a llorar de alegría. La abrazaba de una manera, que hizo que su corazón se condoliera por ella. Ya que su contacto hizo, sintió que su madre no era feliz. De manera inmediata, le preguntó por George, el hombre que era su pareja de segunda oportunidad.El chofer del Alfa, no la llevó a su antigua casa. Si no a otra que era completamente desconocida para ella, por el hecho de que su madre se había casado con un hombre de negocios, agradeció que la tratara como bien. Al menos eso era lo que aparentaba. —¿Y cuánto tiempo piensas quedarte? —quiso saber George, cortando su estofado de manera elegante. —Un par de semanas, cuando mucho, ¿te incomoda mi presencia? —Astrea fue directa, y luego tomó un sorbo de su vino. —¡Hija, por Dios! El hombre se atragantó con la comida del disgusto y tosió, era obvio que no estaba acostumbrado a ser tratado de esa manera. Astrea le dio su copa de vino, para que recuperara. —Entiendo que t
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