“Siente el aire de la noche, acariciar tu mejilla. Solo quiere decirte que está feliz por verte despertar, las aves nocturnas te cantan porque saben que muy pronto vas a brillar. La Luna cantará, las estrellas brillarán y tu corazón muy pronto sanará”.
Astrea abrió los ojos de golpe, agradeció que la alarma de su teléfono celular se activara en ese momento. Se puso una mano sobre sus ojos, todavía tenía un ligero dolor de cabeza. Agradeció que Kael no continuó presionándola, y fue un poco empático cuando le dijo que no se sentía bien.
Antes de ir a dormir, él le dio unos analgésicos, mientras le comentaba de manera rápida lo que estaba sucediendo en la manada Ice Flames. Dio una respiración profunda y salió de la cama, por instinto, lo primero que hizo que chequear su arma. Cada vez que soñaba con alguna canción, cosas extrañas le sucedían, y con mucho pesar caminó hasta el cuarto de baño.
—¡Oh, diosa, que es lo que tienes para mí este día?! —susurró, mientras repasaba los eventos