25- Un futuro incierto.
El sol del mediodía entraba a través de los ventanales, iluminando el comedor principal del edificio. La mesa, larga y pulida como espejo, estaba servida con más cuidado del que Nastacy consideraba necesario. Frente a ella, Dominik hojeaba unos documentos mientras bebía café.
El silencio era cómodo, hasta que un golpe de puertas abiertas lo rompió.
—¡Buenos días! —la voz juvenil resonó alegremente antes de que Damian apareciera con su paso despreocupado.—. ¿No piensas invitar a tu propio hermano a desayunar?
Dominik apenas levantó la mirada.
—No es desayuno. Ya es mediodía.
—Detalles —Damian se encogió de hombros y, sin pedir permiso, se dejó caer en la silla frente a Nas, lanzándole una sonrisa traviesa—. ¿Y como se encuentra la famosa bailarina?
Ella parpadeó, insegura de qué responder, pero él continuó sin darle tiempo.
—Vaya, ahora entiendo por qué mi querido hermano anda más insoportable que de costumbre.
Nas sonrió con timidez, pero no tardó en reírse ante la nat