Solo tu eres el amor de mi vida.
Las raíces mexicanas de Monserrat se estaban haciendo más que presentes, ella no era ninguna estúpida que se dejara faltar al respeto. Y eso lo iba a dejar muy en claro.
— ¿Qué fue lo que dijiste?.
El árabe no daba crédito a que su mujer lo hubiera enviado al carajo, y que le daba lo mismo su explicación.
— Dije que me importa un carajo tus explicaciones, y si no lo entendiste bien. — En su lengua madre, "Español" la modelo dijo. — Dije que me vale madres tus razones, si mi marido no me respeta y se encuentra con mujeres a mis espaldas, entonces mi marido no se merece mi respeto.
La mirada se le oscureció al Jeque, se daba cuenta de que su esposa no lo iba a escuchar, ella estaba demasiado enfadada, y ahora además él también lo estaba.
— ¡No pongas a prueba mi paciencia, señora Ali!
— ¿Por qué? ¿Qué harás? Me parece que el que está poniendo a prueba mi paciencia una y otra vez eres tú, Jeque Ali.
Ahí estaba el carácter de la mexicana, ella no se dejaba intimidar por