Revelando su verdadera forma.
Damiano se había arrepentido casi al instante de haberle rugido a la futura madre de su hijo, pero no había cosa que les ofendiera más a los licántropos que los llamaran perros, por menos que eso mataban sin compasión, ellos eran muy orgullosos de su raza, de su naturaleza, de ser hijos de la diosa luna, y no permitían que se les ofendiera de esa manera.
— Tranquilízate querida, Damiano no te va a hacer daño, llevas a su hijo en el vientre, por ahora no puede tocar uno solo de tus platinados cabellos, puedes estar segura de que estás a salvo.
— ¿Por ahora? Eso significa que... ¿Cuando Nazca el bebé va a asesinarme para quedárselo? ¡No, no me vas a mandar al otro mundo, y no te vas a quedar con mi hijo, quiero volver a los Estados Unidos, no me quedaré aquí...! — Ely veía solo bosque, y más bosque. — En este boscoso lugar a esperar ser asesinada por un hombre lobo despiadado.
Ella miraba a Damiano con rabia en sus ojos azules, ella se atrevía a desafiarlo con la mirada, cosa