La última prueba. Que gane el mejor.
El vampiro se quedó de pie, no se iba a meter a la cama de la bella chica de cabellos platinados, ella estaba embarazada del lobo, debía respetar esa etapa,
— ¿Dónde está tu pudor angelito? No te olvides de que soy un hombre, no puedes invitar a las personas a tu cama así como así, no es apropiado.
— Vaya, pareces del siglo pasado, solo quería que te quedarás acostado sin hacer nada, un poco de ocio no le hace daño a nadie, ¿No lo creés?
— No lo sé, yo siempre estoy ocupado, no comparto el gusto por dormir de otras razas, me parece una perdida de tiempo.
— Si... Eres un vampiro, y los vampiros nunca duermen, quizás por eso siempre estás de mal humor e histérico, deberías intentar dormir una siesta de vez en cuando, no te vas a morir por eso, ¿Cierto?
En una pequeña oración, la ojiazul ya había ofendido un par de veces al imponente rey de los no vivos, ella seguía tentando su suerte.
— Por lo menos no soy un salvaje sin control, soy un ser sobrenatural culto, educado, i