Elizabeth caminaba de un lado a otro por la habitación, ¿Cómo se le había ocurrido enamorarse de ese Alfa que tenía un aura tan imponente y peligrosa.
Él era frío, seco, dominante, quería controlarlo todo, incluso su vida, además estaba la cuestión de que lo de ellos estaba prohibido por ser una humana, las dos razas no podían mezclarse. Pero ya no podía dejar de sentir lo que gritaba su corazón.
La bella mujer platinada pasaba sus manos por su vientre, aunque tenía un mes pasado de embarazo, ya su barriga comenzaba a crecer.
(...)
En la reunión con el concejo y guerreros, el rey tomaba asiento en su lugar, a su lado estaban sus hermanos de pié, ya que la silla que estaba a su lado aún seguía vacía, era la que llevaría la luna cuando nombrara a una loba para eso.
— Alfa Gambino, lo hemos llamado con urgencia porque como todos saben ya se acercan las elecciones, la competencia de los Alfas que participarán para ser rey de reyes está muy cerca.
Habló uno de los ancianos