En menos de nada los hombres ya se encontraban en camino al spa, El cachorro Dante iba muy guapo vestido en un trajecito de shorts y saco, por encima llevaba un abrigo, gorro y guantes para cubrirse del inclemente frío.

— Damiano, podrías esperar a que mi cuñada vuelva para que hables con ella, podría tomar esto como acoso, y así se va a molestar más.

— ¿Quieres que espere a que piense que no me importa y me quiera abandonar? Además todavía tenemos que resolver nuestro conflicto, ella tiene que entender que no estuvo bien que se fuera de parranda sin tomarme en cuenta.

Los mafiosos salieron de la villa en los lujosos coches, ellos tenían en mente solo una cosa, encontrar a sus compañeras para poner los puntos sobre la ies.

— Tío... pac, pac. — Dante le estaba diciendo a su tío que quería comer.

— Massimo, saca el biberón de la maleta para que se lo des a Dante.Parece que quiere tomar una siesta.

— Para de aquí a que lleguen mis cachorros ya voy a estar más que entrenad