Mi luna no me va a abandonar.
El Faraón estaba disfrutando de hacer enojar al vampiro, Vladish lo mal miró fríamente, cualquier cosa que se tratara de su reina, le importaba y mucho.
— Papá, mamá se irá al Spa con la tía Elizabeth, ella se va porque tú la hiciste enfadar, papá se ha portado mal con mamá.
El vampirito cruzaba los brazos, estaba molesto porque su mamá se iba a ir todo el día.
— No voy a rogarle que se quede, que se vaya, después que me extrañe le haré la ley del hielo. — Dijo muy seguro el rey.
Vivian, Mayté, Loren, y Yara, siguieron a las reinas. Fue por eso que todos reclamaron al Alfa.
— Alfa, tienes que hacer algo, debes hacer las paces con tu reina, el que estén peleados nos está afectando a todos.
El vampiro Darío reclamaba.
— ¿Qué tiene que ver mi reina con que les afecte a ustedes? Este vampiro está demente, Vladish.
— No te hagas el loco, lobo, es evidente que las demás mujeres están siguiendo a tu luna, ella se las está llevando de nuestro lado, así que ve allá y conten