El salvador de la luna de Massimo.
Darío, tomate unos días para que tú compañera te conozca un poco más, y que tú la conozcas a ella. Además no le veo nada de malo a que sea bailarina, en la danza clásica también bailan semidesnudos pero nadie dice nada.
El vampiro asintió.
— Vamos, te llevaré a casa, y ya deja de hablarme de como le bailabas a otros, dame un descanso, carajo.
Así como llegaron, así de rápido se fueron, Vladish rodó los ojos, no se esperaba que Darío fuera tan celoso.
De pronto la vocecita de su hijo lo llamó.
— Papá, ¿Me llevas a dar un paseo?
(...)
Mientras tanto el rey Gambino y su beta Antonino, llegaban ya después de ir a buscar lo que necesitaban. Ellos bajaron del coche y se apresuraron a subir al elevador.
Pero arriba las noticias no eran buenas. Un médico salió para informar.
— Lo sentimos mucho Alfas, la paciente ha llegado aquí en muy malas condiciones, su cuerpo no resiste más, ella ahora está agonizando, solo vengo a preguntar si quieren entrar a despedirse.
Massim