C79 -NO ES CASUALIDAD.

Cassian y Ailyn estaban en el jardín, disfrutando de la tranquilidad del lugar. El sol caía entre los árboles, y cerca de ellos, Isabella conversaba con una de las empleadas sobre los cachorros.

—El sitio está en orden —comentó Cassian, cruzando los brazos—. Rowan se ha esmerado.

—Como siempre —respondió Ailyn con un dejo de orgullo—. Te dije que nuestro hijo es un gran alfa.

Isabella sonrió levemente, acercándose a ellos.

—Mamá, papá… ¿sabían que la nueva esposa de Rowan es médica? Las omegas dicen que ha hecho un excelente trabajo con las crías.

Ailyn iba a contestar cuando un sonido interrumpió la calma. Eran risas. Pequeñas, vibrantes y llenas de vida.

—¡Aidan! ¡Regresa aquí ahora mismo! —gritó una empleada desde el fondo.

Los tres giraron al mismo tiempo. Y un niño corría entre las flores, con el cabello revuelto, los zapatos cubiertos de polvo y una sonrisa pícara que iluminaba todo a su paso. Llevaba una camiseta manchada de barro y sostenía una manzana a