C77 -¿QUÉ DEMONIOS FUE ESO?
Rowan apareció en medio del jardín, y su sombra cayó sobre las tres. Sofía casi se atragantó con su propia saliva.
—¿De quién hablan? —preguntó, con el ceño apenas fruncido, pero suficiente para que ambas mujeres se quedaran tiesas. —¿Quién está en problemas?
Sofía abrió la boca, pero no salió sonido alguno, y Anya intentó improvisar, aunque tampoco tuvo suerte.
Entonces, la voz inocente de Aidan rompió la tensión.
—¡Rowan! ¿Podemos ir al lago del que hablaste? ¡Quiero ver si esos lobos corren más rápido que tú!
Rowan soltó una risa suave y alzó al pequeño sobre sus hombros con facilidad.
—Dudo que alguno de ellos se atreva a retarme, cachorro. Pero vamos, te mostraré cómo cazan sin asustar a los ciervos.
Aidan aplaudió, feliz, y Rowan, antes de girarse, miró a Anya con esa sonrisa que desarmaba cualquier defensa.
—Trata de no meterte en problemas mientras no estoy, luna —le dijo con voz baja y cargada de intención—. O tendré que venir a castigarte.
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