C15- PULSO ACELERADO
A la salida del restaurante, Ekaterina alcanzó a Aslan antes de que llegara a su auto. Se colocó frente a él, con una sonrisa calculada.
—No tienes que irte solo —dijo, bajando la voz—. Podemos seguir la noche... y
Le rozó el brazo, lenta, insinuante, pero Aslan la detuvo y sus ojos eran hielo puro.
—No me interesa seguir la noche —respondió—. Y menos contigo. Déjame en paz Ekaterina, ¿Tienes un poco de dignidad acaso?
Ekaterina frunció el ceño, dolida por sus palabras.
—Aslan, no seas...
—Deja de acosarme —la cortó—. No me interesas.
El rechazo fue tan frío que dolió y Ekaterina se quedó quieta mientras Aslan rodeaba el auto y se iba dejándola sola bajo las luces del restaurante.
Cuando Aslan llegó a su sala, se quitó el saco y lo lanzó sobre una silla. Luego caminó hasta el minibar y se sirvió whisky sin medir.
Bebió de un trago y el líquido ardió, pero no lo suficiente.
Entonces las imágenes volvieron sin permiso.
Isabella riendo con Damian.
Isabella besándolo