Ángel había pasado muchos minutos procesando todo lo que hasta ahora había escuchado de Paola.
La revelación sobre el sacrificio de Coromoto, su lucha interna, las decisiones que la habían llevado a irse sin decir adiós… Todo aquello le había dejado un nudo en el estómago. Pero aún quedaba algo que lo atormentaba, algo que no podía dejar ir: lo que había sucedido entre ella y Blas en ese ascensor.A lo largo de los meses, esa pregunta se había instalado en su mente como una espina que no dejaba de molestarlo. Siempre había sentido que había algo oscuro en su relación con Blas, algo que no lograba comprender, pero que, al mismo tiempo, había estado evitando enfrentar. Ahora, con Paola frente a él, sintió que no podía dejar pasar la oportunidad de obtener la respuesta que tanto necesitaba.Con una mirada seria, pero con la voz temblorosa de quien se atreve a preguntar lo que teme, Ángel rompió el silencio.—Paola, necesito saber algo más… —dijo, su tonó