SEÑOR, SU ESPOSA...
No, no iba a dejarme atrapar por su pasado traumático. Mi único interés en saber lo que le ocurrió a Olivia antes de los diez años era utilizarlo a mi favor, para conocer sus debilidades, ya que hasta ese momento lo único que parecía sentir era a su padre.
- ¡Todavía eres joven, Olivia! No tienes que decidir ahora lo que quieres hacer con tu vida. - Inmediatamente cambié de tema.
- Claro que tengo que hacerlo. Tengo que sobrevivir y ganar dinero.
En eso tenía razón, ya que no le di nada más que lo que tenía disponible en la mansión.
- ¿Cómo pagaste la universidad? - pregunté, recordando que no le había dado dinero para pagar la matrícula.
- Como he dicho, ¡haré lo que pueda! - Le guiñó un ojo.
Inmediatamente la recordé al teléfono preguntando con quién tenía que acostarse para pagar sus deudas universitarias. La sangre pareció hervirme y me levanté, dejándola atónita, con el cuerpo medio entumecido por no tener dónde ponerse.
- ¿Con quién te has acostado? - pregunté, cogiéndole la bar