Le hice confesar a Gabe que me amaba. En el futuro, podría incluir a otra tía buena en nuestra relación, con el consentimiento de mi marido, con el único propósito de que me follaran dos hombres a la vez. ¿Era yo una pervertida?
- Ya puedes irte a casa. - Gabe advirtió a Jorel.
- ¡Pero sigo lesionado! - Afirmó.
- Vamos, Jorel, deja de victimizarte.
Miré a Gabe y le propuse matrimonio:
- Tienes otra casa, ¿no?
- Sí... - confirmó, frunciendo el ceño.
- Llévame a conocerla. Pasaremos allí el fin de semana.
- ¿Por qué quieres hacer esto? - preguntó con suspicacia.
- Quiero que me enseñes tu casa, Gabe... ¿No crees que es hora de que sepa dónde vives realmente?
- Actualmente, Clifford Manor ha sido mi residencia permanente. - Se puso indeciso.
- ¿Por qué no puedo visitar tu casa? Por casualidad... ¿Tiene algo que ver con Mónica?
- No, no tiene nada que ver con ella, chuchu -Gabe se acercó a mí y me abrazó- No hay problema, si quieres pasar el fin de semana en mi otra casa, lo haremos -miró