Gabe estaba esposado y ninguno de nosotros se movió, totalmente incrédulos.
Me miró y me dijo con firmeza:
- Yo no maté a Ingrid.
Salí de mi trance y corrí hacia él, abrazándolo:
- Lo sé, Gabe. Esto es sólo otro montaje... de alguien que intenta destruirnos.
- Llama a mis abogados - miró a Rael, que cogió inmediatamente el teléfono.
- Conoce sus derechos, ¿verdad, señor Clifford? - preguntó el policía que le esposó.
- Lo suficiente como para exigirte que no me toques -le aseguró Gabe-. Voy por voluntad propia para dejar claro que no tengo nada que ver con nada.
- ¡Voy contigo, Gabe! - Busqué mi bolso.
- ¡No, no hagas esto, chuchu!
- Yo iré. - dije entre jadeos, para que Gabe comprendiera que, por muy nerviosa que estuviera, seguiría a su lado.
Vi cómo metían a Gabe en el coche y me metí en el coche donde estaba mi chófer.
- Olivia, ¡voy contigo! - gritó Rita, pero no la esperé. No había tiempo para esperar ni un segundo.
Abrí el móvil y vi las noticias por todo Internet:
🌎 HURACÁN EN