- ¿Qué coño tienes en la mano? - preguntó Jorel mientras observaba mis manos en el volante del Pagani.
- ¡Nada! - Intenté retirar mi mano izquierda, que él retiró con fuerza, descifrando las letras con atención.
Oí reír a mi hermano, y se rió hasta que se le saltaron las lágrimas.
- ¿Crees que esto es gracioso? - Hablaba en serio, ya que no veía ningún motivo de burla- Estamos en un lugar peligroso, para pagar tus putas deudas, ¿y te atreves a reírte?
- ¡No me río de la situación en la que estamos! ¡Me río de lo que le hiciste a tu dedo! ¿Estabas drogado? ¿Lo hiciste con una pistola en la cabeza? ¿Olivia te obligó a hacerlo? Pero... ¿No te vas a divorciar?
No contesté. Y ni siquiera tuve que darle explicaciones.
- ¿Tanto te gusta? - me preguntó.
También preferí callarme, sabiendo que cualquier cosa que dijera podría ser utilizada por él en mi contra en el futuro, ya que conocía muy bien a mi hermano.
- ¿Te gusta más que Mónica?
- "Sí", le dije, "¿crees que si no me gustara de verdad h