Salvador
La conversación con el hermano de Marina fue… extraña.
Debo admitir que cuándo la enfermera se me acercó a decirme que quería hablar conmigo no supe muy bien cómo reaccionar, en especial porque Marina estaba desesperada por verlo, pero la mujer fue clara, me vería a mi antes de ver a cualquiera, y una vez hablé con él lo comprendí.
Quería disculparse, lo necesitaba y yo me sentí más avenrgonzado que nunca por haber juzgado al chico y a Marina sin pensarlo dos veces, pero joder, es que nos engañaron por completo y ahora me siento como un imbécil.
Estoy caminando de un lado a otro del hospital esperando para ver a Alex finalmente, cuando la enfermera se me acerca. y no tengo que esperar a que diga nada. Ya lo sé. Siento el corazón retumbar en mi pecho mientras me pongo de pie de golpe, casi tropezando con la silla.
—¿Ya puedo pasar?
La mujer ya de avanzada edad, me regala una sonrisa amable.
—Despertó hace unos minutos, está algo débil, pero lo está preguntando —dice ella con u