[DANIEL]
Casi todo el día encerrado en aquella celda me había servido para pensar en todo lo que estaba haciendo mal, empezando por Sam y terminando con Dana. Y si a eso le agregaba el riesgo que les hacía correr a mis hijas, efectivamente tenía mucho que meditar.
¿Quién quería hacernos tanto daño? ¿Y por qué?
Primero intentaron matar a Sam dos veces, luego casi matan a Axel, trataron de matar a Dana en más de dos ocasiones y, en una de ellas, perdimos a nuestro bebé. Pero quien durara que lo estaba haciendo sabía ocultar todas sus huellas.
Era inútil tratar de encontrar al responsable.
O eso creía… hasta que…
—Vamos, alguien quiere verlo —dijo el policía, asistente de Jiménez, abriendo la celda.
Me escoltó hasta la sala de interrogaciones de nuevo, y claro, esposado, porque para todos ahí yo era un criminal peligroso con probabilidades de querer escapar.
Mi sorpresa fue ver quién se encontraba allí.
—¿Qué haces aquí? —
—Atando cabos… solo eso —respondió, dándose la vuelta con altivez