46. Mi pequeña loba
46 Alaric
Acabando de colgar la llamada con Mason, mi pequeña loba se acerca a mí cuando ya había entrado a la casa.
—¿Vienes? —pregunta Adara sacándome de mis pensamientos.
—Claro, pequeña —respondí volviendo a la tierra.
—¿Quién llamo? —preguntó mirando al frente cuando la alcancé para entrar a casa.
Quería parecer despreocupada, pero podía ver esa pequeña arruga en el medio de sus hermosas cejas.
—Era Mason, sintió cuando te fuiste —contesté observando su reacción.
Un surco de preocupación apareció en las esquinas de sus ojos.
—¿Le dolió? —su labio inferior ya amenazaba con temblar, así que opté por mentir a medias.
—No mucho, pero noté que tú no sentiste dolor —di mi observación.
No quería que ella se sintiera demasiado mal, era capaz de regresar ahora mismo si notaba alguna molestia en su cuerpo por la partida de la manada.
—Me sentí rara —admite despacio— creí que sería peor, tal vez la presencia de ustedes me ayuda a que no me duela.
Analicé sus palabras cuidadosamen