Donovan
Unas horas antes.
Renté un auto apenas Juliette dijo que iría a empacar. No me sentía cómodo dejándola sola, por lo que le ordené a Raven que estuviera cerca. Claro, que también lo amenacé con cortarle las manos si se atrevía a tocarla de nuevo.
Sin embargo, sabía que podía confiar en él.
Mi primo seguía siendo apenas un bebé en comparación con los demás vampiros. Nuestra vida solía ser muy larga, por lo que Raven con sus catorce años, era solo un niño intentando actuar como un chico grande. Solíamos darle pequeños trabajos, tal y como ser mensajero. Vino hasta aquí solo para decirme que mis vacaciones se acabaron, que era hora de volver al trono por al menos un rato.
Solía viajar por el mundo a cada ocasión que tenía, ignorando mis responsabilidades como el monarca de los vampiros. Y probablemente la única persona capaz de encontrarme, era Raven.
Lo trataba como a un pupilo, aunque a veces me sacaba de mis casillas. No le perdonaría tan fácil que hubiera intentado morder a Ju