Capítulo — Una luna de miel distinta
El amanecer del domingo no fue igual a todos, se coló tímido entre las cortinas de la suite, iluminando con suavidad las sábanas revueltas. Adrián despertó primero, con el reflejo natural de quien aún no podía creer que la mujer que dormía a su lado era, por fin, su esposa. Se incorporó apenas, y con una sonrisa cansada la observó: Sofía descansaba profundamente, la respiración acompasada, el rostro sereno. Con ganas de más de lo que vivieron en la noche, le beso la espalda desnuda y comenzó a cubrirla de besos tiernos y llenos de deseo,ella se despertó sintiendo esas caricias que la empezaron a encender pero...
No duró mucho. Al darse la vuelta para besarlo ,un movimiento brusco lo sobresaltó. Sofía se llevó una mano a la boca, los ojos bien abiertos.
—Adrián… —alcanzó a decir antes de levantarse de golpe y correr al baño.
Él reaccionó de inmediato. La siguió, sosteniéndole el cabello mientras las náuseas la doblegaban. Sofía vomitaba con e