Capítulo — La sombra sobre la luz
La mañana había empezado tranquila en la Fundación Luz para volver a ver. Afuera, el sol bañaba de dorado la fachada, y dentro, los pasillos estaban llenos de ese murmullo cálido de niños y adolescentes que esperaban controles de rutina. Pero todo cambió cuando Gabriel llegó de la mano de su madre.
—Doctora Sofía… —dijo la mujer con voz temblorosa—, a Gabi se le puso rojo el ojito. Desde ayer en la noche, y esta mañana amaneció peor.
Sofía, con su bata blanca y el cabello recogido en un moño apurado, los recibió en su consultorio con una sonrisa tranquilizadora que ocultaba el nudo en su pecho. Gabriel la miraba con esos ojos azules tras las gafas, y aunque intentó sonreír, el leve enrojecimiento en la esclerótica encendió todas las alarmas en la sala.
Adrián, que había acompañado a Sofía ese día al consultorio para hablar con su madre —que estaba ayudando en la dirección de la fundación—, se inclinó para acariciarle la cabeza al niño.
—Tranq